
Nicolás Asensio Jiménez, Sara Bellido Sánchez y Álvaro Piquero Rodríguez publican “Nueva flor de estudios sobre Romancero» en Abenámar. Cuadernos de la Fundación Ramón Menéndez Pidal, un volumen que recoge más de una treintena de estudios sobre el romancero, un campo de investigación cada vez más amplio, en el que la perspectiva filológica iniciada por Ramón Menéndez Pidal y su escuela a principios del siglo XX se ha visto complementada por novedosas y diversas metodologías. La calidad de artículos reunidos en el presente volumen demuestra la buena salud académica de la que gozan hoy los estudios sobre el romancero.
El volumen incluye trabajos de homenaje a Ramon Menéndez Pidal. Concretamente, Giussepe di Stefano y Ana Valenciano, ofrecen una revisión crítica de los trabajos fundacionales sobre el romancero de Menéndez Pidal, desarrollando una necesaria actualización teórica y metodológica, sin perder de vista la inigualable cantidad y calidad de aportaciones realizadas durante su dilatada carrera académica. Aparte de esto, otros trabajos se ocupan fundamentalmente del romancero en época antigua, aunque desde puntos de vista diferentes.
Michael McGlynn trata de recuperar el contexto histórico del romance de Fernandarias; en los trabajos de Teresa Araújo, Mariano de la Campa, Gloria Chicote y Mario Garvin se estudia la presencia del romancero en las fuentes primarias del Siglo de Oro, recuperando y revisando datos bibliográficos y materiales de obras como Flores do Lima, los Romances varios de diversos autores, las Poesías de varios autores del siglo XVI recogidas y copiadas por D. Gregorio Mayans y Siscaro los romances eruditos de Juan Sánchez Burguillos. En línea con la relación del Romancero y la literatura del Siglo de Oro, Nicolás Asensio Jiménez, Gonzalo Carretero-Martínez, Sergio Montalvo Mareca y Ana Sirgado ofrecen algunas claves para comprender el uso creativo de romances en los principales géneros literarios de los siglos XV, XVI y XVII. Asimismo, Daniel Fernández Rodríguez y Guillermo Gómez-Sánchez Ferrer utilizan la estilometría para confirmar o discutir la autoría de varios romances nuevos que María Goyri atribuyó a Lope de Vega.
Centrando ya la atención en algunos romances concretos, o, más bien, en algunos de sus temas y motivos, el volumen continúa con los estudios de Sara Bellido Sánchez, que trabaja con la tradición judeoespañola de La lavandera, Aurelio González, que desarrolla un análisis comparativo del motivo de la «petición de amores», Sergio Guadalajara Salmerón, que descifra la simbología asociada a las aves, Beatriz Mariscal Hay, que profundiza en una serie de romances de tema cidiano, Álvaro Piquero, que revisa las imágenes eróticas de La Adúltera, y Mercedes Zavala Gómez del Campo, que cierra esta sección con una revisión del motivo del castigo en los corridos populares mexicanos. Otros trabajos exploran líneas más transversales, como los de Ignacio Ceballos Viro, África López Zabalegui, J. J. Dias Marques, Andrés Manuel Martín Durán, Lina Santos Mendoça y Natália Albino Pires. Entre los temas tratados, están la transformación de un tema concreto —Amnón y Tamar, Las señas del esposo o A Cativa—, la recuperación de una tradición específica —el romancero religioso de la zona de Alentejo—, las variantes lingüísticas de la tradición oral —y más específicamente, sus formas hápax—o, desde un punto de vista «psicofilológico», el proceso de memorización y recitación de un romance y su deterioro con el paso de los años. También hay estudios sobre el proceso de recolección, como los de José Luis Forneiro y Ana Maria Paiva Morão, que abordanla recuperación y el estudio de colecciones de romances tanto de instituciones como de recopiladores de los siglos XIX y XX desde la filología, la archivística y las humanidades digitales. Por último, se ha dado cabida a varios trabajos sobre la música y la danza en el romancero. Varios artículos de Vicenç Beltran, Glòria Ballús Casóliva, Teresa Catarella, Rosana Beatriz Manrique, Ascensión Mazuela-Anguita, Antonio Pardo-Cayuela y Ramón Vilar i Herms, se centran en estos aspectos y muestran las numerosas posibilidades que ofrece la musicología para la investigación del romancero.
«Por nuestra parte, queda solamente agradecer el apoyo a todas las personas e instituciones que han contribuido a la consecución de este monográfico con su apoyo y confianza en el proyecto, muy especialmente a la Fundación Ramón Menéndez Pidal y su presidente, Jesús Antonio Cid Martínez, al Instituto Universitario Menéndez Pidal y su directora, Ana Vian Herrero, a todos los evaluadores de los artículos, cuya labor ha sido impecable, y, por supuesto, a la generosidad de los autores, quienes, con sus contribuciones, nos han brindado la oportunidad de publicar un nuevo conjunto de estudios colectivo que supone un paso más en el conocimiento del patrimonio romancístico. Esperamos, de corazón, que la lectura de cada uno de los trabajos que conforman esta Nueva Flor de Estudios sobre Romancero suscite tanto interés en los lectores como lo ha hecho en los editores», señalan en la presentación Nicolás Asensio Jiménez, Sara Bellido Sánchez y Álvaro Piquero Rodríguez.
Podéis leer el volumen en el siguiente enlace
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