
Salvamento de un símbolo de la Fundación RMP
por Jerónimo Cid Vian, Alfonso Chamizo Villalba, Daniel González y Daniel Alba
Según los investigadores que trabajan en la Fundación Ramón Menéndez Pidal, el jardín que rodea la casa es uno de los grandes atractivos de su lugar de trabajo, cuya calma les inspira en su labor tanto como inspiró a sus primeros moradores.
El jardín de la Fundación Ramón Menéndez Pidal cuenta con un madroño centenario que según opinión experta tal vez sea uno de los más antiguos de Madrid. Este madroño (Arbutus unedo) es muy querido por quienes trabajan en la calle Menéndez Pidal, número cinco; es el árbol simbólico de Madrid, y lamentablemente no quedan muchos ejemplares de este porte y edad en el Ayuntamiento en cuyo escudo aparece.
Como se puede apreciar en la foto, se trataba de un árbol bifurcado desde el suelo en dos fustes principales de gran envergadura y formas artísticas, particularmente la rama izquierda. Ambos fustes tenían copas vigorosas, amplias y muy ramificadas. Uno de los fustes ha visto moderadamente limitado el desarrollo de su copa por la edificación próxima a él y a la competencia con un gran olivo centenario cercano, por lo que tendió a crecer más recto. El otro fuste, en cambio, al estar menos encajado ha tenido un desarrollo lateral significativo en su búsqueda de la luz, creando así una leve descompensación que, dada la magnitud del árbol, sometía al cuello de la raíz compartido por los fustes a una notable presión.
Lamentablemente, la tormenta Filomena del pasado enero quebró el segundo de los pies: la cantidad de nieve, unida al denso follaje de un árbol de especie perennifolia, ocasionó un gran momento de torsión que la base del fuste no fue capaz de resistir.




Por este motivo la fundación entró en contacto con la empresa GA MedioAmbiental (https://gamedioambiental.com/), que se dedica entre otras funciones al asesoramiento de arbolado urbano singular, para estudiar la viabilidad de una actuación de emergencia para salvar el fuste caído. Los muy competentes técnicos de GA Medioambiental concluyeron tras un exhaustivo examen visual que la recuperación del fuste caído era poco probable debido a dos cuestiones relativas al sistema radical del árbol. La primera consiste en que la caída quebró de forma irreparable gran parte del sistema radical, que ahora sería insuficiente para nutrir a una copa de semejante envergadura. La segunda es que la caída dejó expuesta una gran parte de dicho sistema radical, que al entrar en contacto con el aire produce una intensa degradación en los tejidos de la raíz en un plazo muy reducido, hasta siete días después del accidente. Por desgracia, levantar un fuste en semejante estado de debilidad por las heridas sufridas podría suponer un riesgo de plagas para su fuste hermano superviviente, así como para las dos docenas de olivos centenarios con los que convive en el jardín.


Por todo lo expuesto, los expertos de GA Medioambiental han propuesto que la actuación más sensata consistiría en la extracción del pie dañado y consiguiente soterramiento de la zanja resultante, con el fin de conservar tan valioso ejemplar, superviviente sin igual de Filomena y tantos otros acontecimientos históricos que han azotado Madrid a lo largo de los siglos.
Esta no es la primera vez que la Fundación colabora con empresas jóvenes interesadas en la protección del patrimonio natural. El pasado 1 y 2 de diciembre nuestra empresa GreenJoy, dedicada a la educación ambiental experiencial participó en las actividades pedagógicas que el Archivo Pedagógico María Goyri/Jimena Menéndez Pidal promovió junto a la Fundación y el Colegio Madrid en el jardín de la Fundación, donde los alumnos aprendieron sobre la recogida de la aceituna, la ecología de los olivos y recogieron la aceituna con métodos tradicionales. Desde GreenJoy, estamos muy agradecidos a la Fundación por la oportunidad de dar nuestra visión sobre la educación ambiental y la importancia del tiempo de calidad al aire libre, como forma de transmitir el valor del patrimonio natural y cultural heredado de nuestros mayores. También les agradecemos que nos hayan dado la oportunidad, tanto a nosotros como a Daniel Gaarslev y Daniel Alba de GA MedioAmbiental, de colaborar con ellos para la protección y promoción de su patrimonio.
El jardín de la Fundación Ramón Menéndez Pidal se puede visitar con cita previa por correo electrónico.
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